Hola amigos, he abierto este, mi primer blog, para expresar mi opinión sobre el aborto, un tema candente de la actualidad y sobre el que, continuamente, se habla y escribe con opiniones muy diversas, la mayoría sin fundamento.

Mi intención es abrir aquí un debate libre y razonado al respecto que ayude a clarificar ideas, a pensar sobre un tema del que opinamos muy a la ligera.

He desarrollado mi opinión como base para dicho debate y me gustaría que interviniera todo aquel que tenga algo que decir sobre el tema o no esté de acuerdo con lo aquí expresado.

Sería ideal que nos libráramos de condicionantes ideológicos y lo afrontáramos con la mayor racionalidad. Es lo que yo he intentado hacer.

I. ABORTO Y VIDA

¿Qué es el aborto?, para unos: asesinato; para otros: un derecho; para algunos: una opción de libertad; y están para los que ni una cosa ni las otras. Yo me pregunto: la gente, ¿reflexiona y profundiza creandose una opinión personal o se deja llevar por las consignas que le marcan el camino, creyendo y utilizando los argumentos dogmáticos que les enseñan? Que cada cual responda en conciencia a esa pregunta.

Yo, estoy en contra del aborto, al igual que lo estoy del asesinato, por la imposibilidad de diferenciar al ser no nacido del niño. Por la imposibilidad de poner un límite antes del cual el ser no sea ser y después lo sea al completo, ya que un niño lo es al nacer pero también lo es de igual modo antes del parto y en este sentido viven niños sacados de su madre con menos de seis meses de gestación. Y antes de esto y aunque el ser no pueda vivir fuera del vientre de su madre y llevando una cuenta atrás en los días de gestación, ¿qué día el ser niño deja de serlo para convertirse en un no ser niño para así, habiendo sido despojado de su esencia como persona, poder matarlo sin remordimiento? Y puesto que no se puede establecer ese límite, al igual que matar a un niño es un asesinato de los más horribles que se puedan cometer, de la misma manera lo es el aborto voluntario.

Para evitar esta verdad, se inventan límites absurdos como el momento en el que se considera (consideración no es certeza) completamente formado el sistema nervioso o completamente formados los órganos vitales... pero... ¿porqué no lo consideramos cuando comienza a formarse dicho sistema a las escasas dos semanas de la concepción? o ¿porqué no cuando empiezan los latidos de un incipiente corazón antes de las cuatro semanas?

Volviendo sobre el mismo tema puesto que es la clave para considerar el aborto asesinato o derecho: si partimos de los cuatro meses considerados por la ley actual, ¿qué diferencia hay entre un narcituro de cuatro meses y el mismo de cuatro meses menos un día? Y considerando este nuevo límite, ¿qué diferencia a un narcituro de cuatro meses menos un día y al mismo de cuatro meses menos dos días? Creo que nadie podría darme ninguna diferencia así es que de igual modo podríamos remontarnos día a día hasta el momento mismo de la concepción sin haber hallado una respuesta a este dilema y, por tanto, sin haber hallado el límite buscado y deseado por todos esos colectivos proabortistas.

Ante la falta de argumentos coherentes no es extraño que esta gente recurra a simplezas del tipo: "bueno, el límite se tiene que poner en algún sitio, siempre hay límites de velocidad, de edad, estatura...", el problema viene cuando alguien, incapaz de sostener su postura mediante razonamientos, recurre a estos comentarios y, además, se los cree sin tener en cuenta que estamos hablando de la vida de un ser humano y del límite en el que le podemos poner fin o dejarle vivir, no de una medida puramente preventiva o selectiva.

Por otro lado, si aceptáramos para una vida un límite mínimo por debajo del cual no se tendría derecho a la misma, ¿qué nos impediría poner también un límite por arriba, digamos: a los setenta y cinco años?, de este modo impediríamos los padecimientos propios de la edad avanzada a esta persona y a las familias, ahorraríamos en tratamientos médicos y en pensiones... El establecer un límite temporal arbitrario a la vida humana es instaurar la PENA DE MUERTE para inocentes. Estoy en contra de la pena de muerte y a favor de su derecho a vivir y por su libertad de hacerlo aún en contra de su madre.

El aborto en tanto que es asesinato NO puede tener el apoyo y beneplácito de la sociedad, una joven no puede contar con el aborto en caso de "error" o de "dejarse llevar por la pasión", no se puede implantar en la sociedad la idea de que no es tan importante la prevención puesto que tenemos una solución radical al "problemilla" al alcance de todos y sumamente accesible.

Contra el embarazo sólo puede haber una solución: la prevención y sus múltiples formas. En este sentido se ha de educar y concienciar a los jóvenes y, si a pesar de ello, se produce, hay que dotar de medios y soluciones de apoyo de fácil y rápido acceso a esa madre para protegerla y apoyarla y que el niño nazca y, una vez nacido, se haga cargo de él el Estado en caso de que la madre se desentienda. No se puede buscar la solución más fácil, económica y populista, estamos hablando de la vida humana.

Habría que contemplar algunas excepcionales situaciones en las que el aborto podría ser un "mal menor" sobre las que habría que reflexionar y discutir y siempre teniendo en cuenta que hablamos de un ser humano y serían: 1) peligro de muerte para la madre, 2) malformación o enfermedad incurable del feto, 3) violación, 4) la píldora del día después. He obviado el tema de la salud mental de la madre por la sencilla razón de que me parece un absurdo (a todo el mundo nos causan traumas psicológicos los cambios sobre todo si son para peor y tenemos que sobrellevarlos y avanzar).

II. ABORTO: UN CRIMEN BIEN VISTO

Aborto, una palabra usada muy a la ligera por colectivos que esgrimen el eslogan de las libertades y los derechos, ¡qué contradicción!: ¿cuándo el asesinato se ha convertido en un derecho?, ¿cuándo el asesinato es abanderado de la libertad?

La palabra aborto siempre tuvo connotaciones negativas: lo último que quería oir una mujer, una madre, era que tenía o iba a tener un aborto, que perdía el fruto de sus entrañas, a su hijo. Más allá de su madre, un aborto era causa de aflicción y una desgracia para la familia. ¿Cuándo, cómo se produjo esa peligrosa desviación por la que este pasó de ser uno de los peores males a ser un derecho fundamental para la libertad del individuo?, ¿cómo es posible que cuente con tanto apoyo popular?

La respuesta se puede dividir en dos:

La primera parte de la respuesta a ambas cuestiones se nos presenta desde las instituciones del Estado (cuyo primer deber es velar por la vida de sus ciudadanos) cuando nos bombardean con opiniones favorables al mismo, cuando continuamente se banaliza sobre él, cuando nos hacen creer que el ser contrario al aborto es ser contrario a la independencia, libertad e igualdad de la mujer, cuando se ataca sin respiro a cualquier voz o grupo que proclama su disconformidad y, por último, cuando de todo esto se hacen eco la mayoría de los medios de comunicación amplificando y desarrollando esas premisas hasta que son captadas por el subconsciente de la gente y ya no se dude sobre la certeza de las mismas. Cuando todo ello se realiza de forma eficiente utilizando toda la maquinaria del Estado con los recursos que se precisen, se fabrica una conciencia favorable al hecho que, al tiempo, desprecia cualquier divergencia u oposición por muy fundamentada que esté. Hemos creado una conciencia nueva y realizado una "obra maestra" de la manipulación.

La segunda parte de la respuesta es más sencilla: la ignorancia; ignorancia de saber lo que realmente es un aborto, ignorancia de no querer saber más. Hay quien piensa que es poco más que una regla y cuando indagan se sorprenden de conocer la verdad. Creo que no se puede debatir ni opinar sobre el aborto sin antes haber visionado un vídeo de uno. Desde aquí invito a todo el mundo a que lo haga antes de crearse una falsa opinión sobre el mismo. Una vez visionado se impone una reflexión interna para contrastar lo visto con la propia opinión (y las premisas sobre las que se basa). Sólo entonces se está en condiciones de debatir y sostener una u otra postura con pleno conocimiento.

Vamos al tema de libertades y derechos: para mí la libertad y el derecho a decidir sobre la propia persona e, incluso sobre la propia vida o muerte, es básico y sólo le pongo el límite del momento en el que, en el ejercicio de dichas libertades y derechos, se pueden lesionar o impedir los de otra persona.

Ya dejé claro en mi anterior entrada que el narcituro, feto, zigoto o como se le quiera llamar es un niño desde el mismo momento de su concepción y expliqué el porqué de esa postura. Ahora bien, hay quien piensa que, el feto, siendo un ser vivo y humano, es una parte más de la mujer, como un diente, un dedo, un brazo, un pie, etc y que por tanto puede hacer y disponer de él como le plazca. Es muy fácil demostrar que esto no es así: basta con extraer un cromosoma de distintas partes del cuerpo de la mujer y compararlos para comprobar que son idénticos, todos ellos tienen la misma estructura genética. El problema se plantea cuando se extrae un cromosoma del feto y se compara también con el de la madre, ¡sorpresa!, ¡no son idénticos!, ¿qué a pasado?, muy sencillo: desde el mismo momento de la concepción, el óvulo (hasta entonces idéntico genéticamente a la madre y parte de ella), se fusiona con el espermatozoide del hombre y forman una nueva célula, un nuevo ser que vive de la madre pero que no es la madre puesto que no comparte su estructura genética, un ser que vive en la madre pero con una vida independiente, un ser que necesita y depende de la madre en cuanto a protección y alimentación para subsistir pero que crece y vive de forma independiente al crecimiento y a la vida de su madre. En conclusión: existen dos personas diferentes que utilizan y necesitan el mismo cuerpo, si una de ellas no quiere compartirlo, ¿qué hacemos?, ¿matamos a la otra por voluntad de la primera? Eso sería un asesinato aplicando la definición exacta del término. No queda otra que compartir ese cuerpo puesto que, en este caso, el derecho y la libertad de decidir sobre el propio cuerpo es contrario al derecho y a la libertad de la vida de la otra persona y, siempre, el derecho a la vida es más importante, de mayor jerarquía, que cualquier otro.

La clave está, como comenté en la anterior entrada, en no dejar que pase porque si hay algo que es indiscutible es el derecho y la libertad (yo también diría: obligación) de la mujer para poner medios y evitar un embarazo no deseado. Obligación que hay que extender al hombre.

III. ABORTO: DESCRIPCIÓN Y TIPOS

Pido perdón de antemano por la dureza de algunas descripciones y fotografías pero es preciso saber qué es de lo que estamos hablando.

El aborto puede ser espontáneo o provocado. El espontáneo se produce o bien porque surge la muerte intrauterinamente, o bien porque diversas causas motivan la expulsión del nuevo ser al exterior, donde fallece, dada su falta de capacidad para vivir, fuera del vientre de su madre. Si el aborto es provocado, se realiza o bien matando al bebé en el seno materno o bien forzando artificialmente su expulsión para que muera en el exterior.

El asesinato de un bebé no nacido se realiza a través de los siguientes métodos:

  1. Por envenenamiento salino: se extrae el líquido amniótico dentro de la bolsa que proteje al bebé. Se introduce una larga aguja a través del abdómen de la madre, hasta la bolsa amniótica y se inyecta en su lugar una solución salina concentrada. El bebé ingiere esta solución que le provocará la muerte 12 horas más tarde por envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos. Esta solución salina produce quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más tarde, la madre comienza “el parto” y da a luz un bebé muerto o moribundo, muchas veces en movimiento. Este método se utiliza después de las 16 semanas de embarazo.

  2. Por Succión: se inserta en el útero un tubo hueco que tiene un borde afilado. Una succión (28 veces más fuerte que la de una aspiradora casera) despedaza el cuerpo del bebé que se está desarrollando, así como la placenta y absorbe “el producto del embarazo” (osea: el bebé), depositándolo después en un balde. El abortista introduce luego una pinza para extraer el cráneo, que suele no salir por el tubo de succión. Algunas veces las partes más pequeñas del cuerpo del bebé pueden identificarse. Casi el 95% de los abortos en los países desarrollados se realizan de esta forma.

  3. Por Dilatación y Curetaje: en este método se utiliza una cureta o cuchillo provisto de una cucharilla con filo en la punta con la cual se va cortando al bebé en pedazos con el fin de facilitar su extracción por el cuello de la matriz. Durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo el bebé es ya demasiado grande para extraerlo por succión; entonces se utiliza el método llamado por dilatación y curetaje. La cureta se emplea para desmembrar al bebé, sacándose luego en pedazos con ayuda de los forceps. La persona que lo realiza debe de unir de nuevo los pedazos del bebé para asegurarse de que el útero está vacío. Este método está convirtiéndose en el más usual.

  4. Por “D & X” a las 32 semanas: este es el método más espantoso de todos, también es conocido como nacimiento parcial. Suele hacerse cuando el bebé se encuentra muy próximo a su nacimiento. Después de haber dilatado el cuello uterino durante tres días y guiándose por la ecografía, el abortista introduce unas pinzas y agarra con ellas una piernecita, después la otra, seguida del cuerpo, hasta llegar a los hombros y brazos del bebé. Así extrae parcialmente el cuerpo del bebé, como si éste fuera a nacer, salvo que deja la cabeza dentro del útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser extraída intacta, el abortista, entierra unas tijeras en la base del cráneo del bebé, cuyo cerebro sigue vivo gracias a la sangre que le alimenta, y las abre para ampliar el orificio. Entonces inserta un catéter y extrae el cerebro mediante succión. A continuación extrae la cabeza y le corta la placenta.

  5. Por cesárea: este método es exactamente igual que una operación cesárea hasta que se corta el cordón umbilical, salvo que en vez de cuidar al niño extraído se le deja morir. La cesárea no tiene el objeto de salvar al bebé sino de matarlo.

  6. Mediante prostaglandinas: este fármaco provoca un parto prematuro durante cualquier etapa del embarazo. Se usa para llevar a cabo el aborto a la mitad del embarazo y en las últimas etapas de éste. Su principal “complicación” es que el bebé a veces sale vivo. También puede causarle graves daños a la madre. Recientemente las prostaglandinas se han usado con la RU-486 para aumentar la “efectividad” de éstas.

  7. RU-486: se trata de una fármaco abortivo empleado conjuntamente con una prostaglandina que es eficiente si se emplea entre la primera y la tercera semana después de faltarle la primera menstruación a la madre. Actúa matando de hambre al diminuto bebé, al privarlo de un elemento vital: la hormona progesterona. El aborto se produce después de varios días de dolorosas contracciones.

Las siguientes fotos están tomadas por Mónica y Edmund Miller y donadas por la organización Citizens for a Pro-Life Society, provienen de www.priestsforlife.org/resources/photosbyage/ y están científicamente documentadas.

Los cuerpos de las cuatro primeras criaturas fueron recuperados del contenedor de basura de centros de abortos legales de EEUU.